Bien, en ese caso, lo que tenemos en primer lugar es un problema de humedades del cual conocemos la causa y la solución. El procedimiento es requerir al propietario, de manera fehaciente, la reparación de las humedades, y explicarle que la causa es la existencia de arquetas interiores que hay que desplazar al exterior. Si no hace caso, la única solución (aparte de reclamarlo judicialmente, que no es práctico) es reparar uno mismo y luego reclamar el dinero de la factura. Y si el arrendador no paga, compensarlo con la renta.
En segundo lugar están las fisuras. Igualmente deberá poner su existencia en conocimiento del arrendador, y requerirle la reparación, advirtiéndole que puede constituir un riesgo para su seguridad al ser consecuencia de la afectación de los cimientos por el agua. Y actuar de la misma forma que en el caso anterior si Vd. lo considera oportuno.
Y ya que conoce mejor la vivienda, podrá decidir con más criterio si merece la pena comprarla o no. Algo que puede considerar es negociar con el arrendador una rebaja del precio en caso de opción de compra, dado el problema que presenta la vivienda.