La situación se ha complicado aún más, el sábado día 9 de junio, una de mis antiguas vecinas, me comentó que el día que se realizó el registro en la vivienda por la policía, se llevaron detenido al que con más frecuencia se le veía en la vivienda (supongo que era la pareja sentimental de mi inquilino) y que, quienes recogieron los últimos enseres de la vivienda fueron dos mujeres y no mi inquilino.
Ayer, día 12, me desperté con la noticia en la radio de que habían sido desarticuladas tres redes internacionales dedicadas al tráfico de personas para su explotación sexual en España, una de ellas venezolana, coincidente con la nacionalidad de mi inquilino. En efecto, cuando pude ver la prensa, identifiqué perfectamente por el nombre e iniciales del jefe de la red, que se trataba de mi inquilino, que, por cierto, ha sido el único que no ha podido ser detenido, por encontrarse en su país o en Brasil (su pareja fue detenido y puesto en libertad con cargos y la hermana de mi inquilino ha sido detenida y encarcelada –ambos residían en mi vivienda-).
El juez que instruye el caso de la red de prostitución es el mismo que el que lleva mi demanda de desahucio. El caso es, que el juez ha estado en mi vivienda y me ha comunicado, a través de la abogada, que se encuentra en buenas condiciones, que no ha sido utilizada como casa de citas sino como residencia del jefe de la red y que, curiosamente, los trámites de la demanda de desahucio tienen que seguir su curso, largo, por supuesto, puesto que mi inquilino se encuentra en paradero desconocido con una orden de busca y captura internacional y lógicamente, como todo el mundo imagina, incluso el juez, no va a aparecer por mi casa. En estas condiciones, supongo, que no me queda otra que armarme de infinita paciencia, porque entrar en la vivienda, aunque tengo llave, no creo que resulte nada discreto y hasta podría resultar contraproducente, si la vivienda siguiese vigilada y recuperar el dinero adeudado imagino que será un objetivo imposible de lograr.
En fin, espero que esto se resuelva cuanto antes y, desde luego, creo que voy a valorar, después de esta nefasta primera experiencia en una ciudad pequeña, con uno de los menores índices de delincuencia, si alquilo de nuevo la vivienda. No obstante, agradezco toda la información y los buenos consejos que me ha dado, porque si algo ha tenido de positiva esta experiencia es que me ha permitido aprender muchas cosas de este mundo que era desconocido para mí … y aprender siempre resulta gratificante.
Si hay alguna novedad, seguiré informando, por si esta experiencia puede evitar que algún otro arrendador se encuentre en situaciones semejantes.
Como sugerencia, aunque no sé si existe ya, no estaría de más que hubiese un espacio en la web donde se pudiera identificar a estos inquilinos, algunos profesionales del fraude, otros "grandes" delincuentes, que evitase alquilar las viviendas a estos indeseables (yo lo intenté buscar antes de alquilar la vivienda pero no encontré nada).