Ante todo no correr riesgo de electrocución. Enviar Burofax certificado y con acuse de recibo a arrendador comunicando la necesidad de reparación urgente, para que quede constancia. Tomar los datos del electricista que ya ha venido por si es necesario que más adelante testifique sobre la realidad del problema. Si la arrendadora no repara, reparar uno mismo, conservar facturas y luego reclamar importe. Si la vivienda resulta inhabitable, por ejemplo por necesidad de desconectar totalmente la luz durante unos días, preconstituir prueba documental de que ello es así (que algún técnico firme un informe, o contratar a un notario para que levante acta, o similar...), y luego reclamar un descuento en la renta proporcional a esos días, así como el reembolso de cualquier coste generado por la necesidad de buscar alojamiento durante el tiempo en el que la vivienda resulta inhabitable.
La clave del éxito en este tipo de casos radica en poder reconstruir los hechos con absoluta precisión al cabo de mucho tiempo, para lo cual es necesario preconstituir inteligentemente prueba de lo siguiente:
- Existencia de problema eléctrico que implica riesgo para las personas
- Comunicación a arrendador y pasividad del mismo
- Reparaciones realizadas
- Inhabitabilidad de la vivienda durante unos días
- Gastos directamente causados por la imposibilidad de habitar el piso durante unos días