La caldera debe proporcionar agua caliente, no agua tibia. Es lo que se espera de ella. Si no disfruta de agua caliente, la vivienda no satisface las condiciones de habitabilidad que hoy en día se consideran imprescindibles. Lo que debe hacer es exigir al arrendador su reparación, por escrito. Si no atiende a su requerimiento, pida presupuesto para saber cuánto costaría la reparación. Entonces decida una de dos, o bien la paga Vd. y luego le reclama el importe al arrendador y si no le paga lo compensa con la renta, o bien pone fin al contrato. En ambos casos es muy importante preparar prueba de que efectivamente la caldera no rendía como debía. Para ello pida a la empresa que presupuesto o que realice la reparación que lo indique expresamente en el presupuesto o en la factura. Y tome nota de los datos de identidad del técnico, por si más adelante hay que citarlo como testigo.