Ante este tipo de problemas hay que ser extremadamente prudentes antes de embarcarse en un procedimiento judicial pues la cuantía viene determinada por el precio de la vivienda y por lo tanto las costas, en caso de perder el juicio, son muy elevadas.
No obstante todo lo anterior, por dar un poco de esperanza a todos los que se encuentren en situación similar, decir que la lógica que mueve a los promotores es la del beneficio. Embarcarse en pleitos rara vez supone un beneficio dado el coste de tiempo y dinero que supone. Por eso la mayoría es receptivo a resolver el problema por medio de un acuerdo. En la negociación valoran la posición de la otra parte, y así aprietan más o menos, pero en general prefieren un acuerdo. Si no inicialmente, sí al cabo de estar atascado el asunto un tiempo sin presentar demanda ni una parte ni otra. Ahora mismo lo que necesitan es tiempo, ya que no tienen liquidez para realizar todas las devoluciones.