Todo parece indicar que el propio agente se sorprendió por el bajo precio aceptado por la vendedora y que a la vista del mismo decidió desviar la operación hacia otra persona. Lamentablemente si no hizo nada por escrito no hay pruebas de la oferta. Es obvio que el agente, como parte implicada, no puede contar como testigo. Y en cualquier caso la vivienda ya está vendida. Aprenda la lección para otra ocasión. Cuando se trata de negocios jurídicos siempre hay que dejar prueba de las actuaciones.